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De tu boca a mi boca

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El culmen de mi pensamiento estaba expuesto, no plegué sus palabras. No, no lo hice. Busqué la simetría anexa en la curvatura de su boca. En el vértice opuesto encontré sus labios, sujetos con la línea de calma que la ansiedad ha depositado. La que emerge de un anhelo controlado, que a pesar del tiempo no se ha borrado. Mi necesidad tangencial en toneladas de dudas por la inercia de una piel, sobre la emboscada de las huellas de sus ojos por mi boca. Aterrada o aterida en esa distancia que apenas existía y, sin embargo, se convertía en ese abismo insondable del que jamás sobreviviríamo s. Soraya.

Fugaz en un destello...

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Fugaz en un destello, de difícil juego  en el que pierdo desde su comienzo.  Un corazón de antemano apresurado  -con desorden marcado- abrazado con la inconsistencia, por siempre etérea.  Sublime y elevado;  irrealidad de lo mundano. Un corazón con el que siento, con el que me muestro, con el que no apuesto… El comienzo. Un fugaz destello... que no penetro. Donde no entiendo, no comprendo… y me pierdo. Mis ojos escapan, no aguantan el leve peso. Entre silencios de un solo eco, susurra a lo inefable del pensamiento y siente el temor con el que arrasas, simplemente, al posarla. Abandona toda causa, sin poder enfrentarla… en el pánico a no saber interpretarla, en la incertidumbre de lo que calla y con el miedo a una percepción desacertada.  Esquivarla… me pone al descubierto. Esa mirada a mí aferrada... Que desde el inicio, desde el comienzo… me tiene en el difícil juego que pierdo con lo fugaz... ...

Inexorable

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"Me descompones con tus miradas. Esas son mías y no importa lo que digan las palabras. Ellas no podrán justificar lo que sientes, no podrán vender el sueño equivocado de tu mente.” (...) Cuando te acercas, es el miedo que se apodera… porque la lucha comienza. Sabes que saldrás derrotado, en esa batalla sólo tendrás un enemigo al que hacerle frente; aquello que sientes. Cuando me tocas, destierras la cordura de mi cuerpo. Y, entonces, descubres que tu combate será inútil; estás acabado. Tus manos sienten que no estás equivocado; estás perdido de antemano. Al sentir tu aliento navegar por mi cuello, mi alma se agita, mi respiración se descontrola… reclama aquello que desea; lo que quiere y lo que anhela. Y, tú, entiendes que estás abocado al absoluto fracaso.  Pero cuando tus labios están a un espacio escaso de mi boca, tu pasión empieza a desgarrarte desde adentro… necesitas morir con ella. Y, ella, no tendrán piedad... Tú, ves...