Dónde estás?
¿Dónde estás?
Que no te encuentro.
Que no te encuentro.
En el vacío de tus ojos navego,
sumergida en el frío de tu cuerpo;
solidifico el registro de este corazón
con la renuncia de un lamento
que no hace silencio...
Y no te siento.
Cuando grito, discurre
el sonido por tu pensamiento;
impertérrito.
Con la templanza que me da el viento,
te miro y no te encuentro;
amuelo lo cierto, desgarrado lo verdadero.
¿Donde estás, cuando suicido mis sentimientos?
Tus manos no retienen el momento,
disuelto, en el profundo océano del tiempo.
Perdida en la renuncia,
el abismo es inmenso
ante tu olor, pasivo y sereno.
ante tu olor, pasivo y sereno.
¿Dónde estás?
¿Dónde estás, mientras se inmola lo nuestro?
Soraya.
Genial!! Soraya, No fue vista esa bengala que lanzaste en tus letras, gritando su ausencia.
ResponderEliminarBesos!!
Hola, Maríjose! Como dice el buen acertado de D. Manuel Jesús Rodríquez esto es un suicidio en toda regla.
EliminarMe alegra mucho que te guste.
Besos!!!
Delicada ajustas la música con letras Soraya, me gusta mucho con la elegancia que expones la indiferencia, ante ella el suicidio.
ResponderEliminarTe echo de menos en GOOGLE, pajarita de otros vuelos.
Besos.
Jey!!!! Ella, empuja el movimiento!!
EliminarUn vuelto de aprendizaje... Jejej...
Mil besitos!!!
Es lo que corresponde, Soraya.
EliminarPor cierto,volviendo a tus versos, me alegra que coincidamos.
Besos y abrazo fuerte, guapa.
Y a mí me alegran tus comentarios en el Blog!!!
EliminarGracias, por leerme!!!!!
Más besos y abrazos!!!