Una vida

Eran las tres y algo la tarde, su jornada de trabajo había concluido. El calor apretaba, sin lugar a dudas, el bochorno se sentía a cada paso. Las risas de las compañeras fueron la despedida de ese día. 
Antes de comenzar el paseo de vuelta a casa sacó del bolso el móvil, por el camino leería todo aquello que tenía pendiente. Ese aparato electrónico se había convertido en un elemento indispensable, posiblemente sería adicta. Si no tanto a la tecnología, ni al intercambio social...sí a algo que ello albergaba. Esa adicción la tenía en mente constantemente, desprenderse de ella le costaría. 

Estaba leyendo, concentrada, ajena a todo lo que acontecía y envuelta en sus pensamientos cuando escucho la voz de alguien... "Perdona..." Al despegar la vista de la pantalla y girar su cabeza para centrar la atención en la persona que la demandaba, sus ojos contemplaron a una chica sentada en un banco de piedra en medio del parque, un espacio deshabitado sólo compuesto por esa vida y su presencia. Sus manos estaban apoyadas en la base de piedra, ambas aguantaban el peso de su propio cuerpo. Si una de ellas fallaba, se desvanecería. La expresión de su cara, quizás fue lo que más perplejidad le provocó. Identificar cada línea expresiva de su rostro en tan pocos segundos era costoso, sin embargo, la angustia se refleja en aquella mirada.

"Podrías dejarme hacer una llamada. No tengo teléfono y me encuentro mal, necesito que vengan a recogerme. Por favor, ¿podría llamar?" Su voz trémula, se descubría en cada palabra.

Por un instante ínfimo, ella dudó. Milésimas de segundos que sopesaron todas las posibilidades para finalizar en un acto: "Sí, claro, dime el número y te lo marco". Ella le entregó el teléfono, y la chica en una acción de sinceridad para eliminar todo engaño, pulsó el botón del altavoz... Así hablan los actos.

- Puedes hablar en privado... no hace falta...

- No, tranquila... no pasa nada... "Daniel, ¿puedes venir a recogerme? Estoy en el parque del Club, al lado de casa pero no puedo moverme, me encuentro muy mal. Una persona me ha dejado el móvil para llamarte, desde él te llamo..."
- Ahora mismo voy. No te muevas. 

Le entregó el teléfono y le dio las gracias. Pero ella, ya había decidido quedarse. Posiblemente lo decidió desde el inicio.


"Esperaré a que vengan a buscarte ¿Cómo te encuentras? ¿Puedo hacer algo? ¿Quieres que llame a una ambulancia?"

Entonces esa chica levantó la mirada. La miró de frente, fijando su vista en su cara:


"No hace falta, gracias. Sé lo que me pasa... ¿Ayudarme? No creo que puedas, ni tú ni nadie... 
El viernes mi agresor salió de la cárcel. No tardó ni veinticuatro horas en acosarme, el sábado me pegó una paliza y ahora, amenaza con matar a mi hijo... Y lo hará, no lo dudo... Me violó... ¿Y qué ha pasado? que ahora está en la calle. Soy una mujer maltratada, de las que salen en las noticias... eso soy. Y lo que siento es el miedo, el miedo a cada paso, el miedo cada vez que respiro... el miedo en cada poro de piel... El terror vive conmigo. Vengo de ver a mi psicóloga y ni siquiera he podido recorrer el camino hacia mi casa porque la angustia que siento no me permite dar ni un paso. Ansiedad es lo que siento y el tratamiento... no hace que disminuya el miedo, las conversaciones mantenidas con mi especialista no dan resultado porque ella, nunca comprenderá lo que es vivir en un terror constante, vivir este infierno que es mi vida. Ella jamás lo comprenderá... a menos que respire este miedo, que lo viva unos segundos. 
La justicia, no está diseñada para la realidad en la que vivo... Pero te digo algo... si toca a mi hijo, si le hace daño... te juro que soy yo la que lo mato y lo hago con las consecuencias de esta ley que nos protege...
Perdóname no quiero molestarte con lo que es mi vida, imagino que te doy pena...".

Y al escucharla, a Verónica Franco se le paró el mundo. Perdió el centro de gravedad en su cuerpo y tambaleó, hasta que alcanzó a sentarse para mantener la estabilidad perdida por aquellas palabras... Cuatro acontecimiento tomaron forma para enlazar su pensamiento y ajustarse. Un cúmulo de circunstancias que se alinean para concretar algo... Un algo quizás desapercibido para muchos de este mundo pero no para ella. Su mente evocó un texto leído recientemente, un homenaje a las que sufren... La conversación con un amigo... Su negativa a colaborar en ningún proceso de mediación de violencia de género... Y, el cuarto, sintió el miedo, ese miedo. Un cúmulo de circunstancias que se concretaron en un solo movimiento para configurar una realidad; esa realidad


Esa chica pensó que le daba pena. Pero sentir pena, era un sentimiento que engendraba algo que ella detestaba, la superioridad del ser envuelta en compasión humana. Verónica sentía la pena pero no "le daban pena" los demás. No se sentía capaz de juzgar la aflicción y tristeza de otra persona ¿Quién era ella? si era la primera que la sentía, su filosofía de pensamiento no se lo permitía.

Puede que se equivocara pero cuando consiguió templar su cuerpo y mirarla sólo dijo:

"Llevas razón, es cierto. No puedo ayudarte, aunque quisiera no lo conseguiría y seguramente nadie desterrará ese miedo, tu miedo... Pero puedes cambiar tu vida, desaparecer para empezar... porque no creo que nada a lo que te enfrentes pueda superar ese infierno. Y recuerda que sólo te tienes a ti en esta lucha. Solo tú puedes ayudarte, no puedes derrumbarte después de tanto camino".

Entonces la chica sin mediar palabra la abrazó y ella, Verónica Franco, sintió recorrer por todo su cuerpo cuanto valía estar viva; el precio de una vida.





Soraya



Comentarios

  1. Soraya!!! me han salido unos cuantos tacos seguidos, pero no los voy a escribir.. Escarpias en la piel me has dejado... ayYY! para llegar a ese final.. Me vas a volver loca con el aleteo de las mariposas.. Me encanta.. el blog, el escrito, el nombre de tu blog.. Siempre me gusto, me vuelven locas las mariposas, tengo muchas.. en casa, en el estomago también je,je,je.. besitos mi niña.. Grande eres!!!

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    1. Gracias, Maríjose!!! Me alegra mucho que te guste!!! Una mariposa abate las alas y muchas cosas cambian... Las acciones, los hechos, actos... determinan, nada sigue igual porque todo cambia. De ahí cada movimiento... Me encanta que te guste el texto, es un placer, jejejej... el final no podía ser otro.
      Besos y abrazos.

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  2. ¡Hola!

    ¡Vaya sorpresa! No lo esperaba, me quedado... eres un ejemplar bueno, jajaja... Me encanta y me maravilla tu blog, elegante y sofisticado como la autora. Has elegido a Banksy....jajaja... cuánto encierra, excelente. Me gusta mucho porque en él te veo, eres tú en cada detalle.
    El relato me envuelve, leerte es algo que me apasiona. Siempre te lo he dicho, tus letras son mágicas porque transmiten algo difícil de expresar con las palabras; los sentimientos. Lo he leído varias veces, impresionante descifrar algunas partes:

    "Pero sentir pena, era un sentimiento que engendraba algo que ella detestaba, la superioridad del ser envuelta en compasión humana. Verónica sentía la pena pero no "le daban pena" los demás. No se sentía capaz de juzgar la aflicción y tristeza de otra persona ¿Quién era ella? si era la primera que la sentía, su filosofía de pensamiento no se lo permitía." ¡HUMILDAD!

    Extraordinario y fantástico cada Movimiento del Mundo.

    Un abrazo enorme para un ser caótico por naturaleza, que es capaz de tomar consciencia de cada momento para traducirlo en un Movimiento imperceptible de este mundo y plasmarlo con las palabras exactas.

    Ángel.

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    1. Hola!!!!

      Era una sorpresa!!! jejejej... Me encanta que te guste, que me veas. Sí, Banksy... jejejej... Gracias, Ángel!!!!
      La humildad muchas personas hablan de ella y, sin embargo... ya sabes lo que pienso.
      Descifras cada movimiento...
      Me encanta tu comentario es precioso y maravilloso.

      Un millón de besos!!!

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  3. uff
    me toca y de cerca , creeme
    el relato es maravilloso y tratas de una manera muy sutil y humana el drama de muchas mujeres, muchas mujeres que callan un día, un mes, un año .. muchos . y que se sienten solas, avergonzadas con miedo . frente al terrible moustro del maltrato y si solo quien lo sufre puede superarlo superar ese miedo y esa impotencia no hacen falta palabras solo una mirada de comprensión un abrazo y mucho cariño ... mucho mucho

    un beso bien grande

    pd/ si añades el gadet de seguidor mejor please

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  4. Hola, Piel!

    Una realidad... que duele y desgarra. Cuando miras a los ojos y ves el miedo, el miedo constante... comprendes. El sistema no está preparado para esto...
    Me ha encantado leerte... gracias.

    Un enorme beso!!!!!

    P.d. Voy a intentar poner el gadet de seguidores. Es que soy nueva en lo del blog y no me manejo, jejejej... A ver si puedo.

    Más besos!!


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  5. Un relato emocionante Soraya, me dejó con una mezcla de emociones luchando por salir de mi cuerpo. Tienes esa capacidad de transmitir emociones con tus letras, nunca me dejas indiferente.

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    1. Hola, Jose!

      Sentir este relato era algo que pretendía al escribir... La indiferencia no es posible ante el precio de una vida, es especial para mí.
      Gracias, un millón por tus palabras.

      Besos!!!!

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