La Crisálida


Aún recordaba el camino. Después de tanto tiempo, la cartografía de la vuelta se encontraba indemne e intacta dentro de lo que podía formar parte de su memoria. 


Caminaba lentamente, sus pasos tardos reflejaban el agotamiento. Ya no le quedan casi fuerzas pero, aún así, seguía. 
Cuando marchó al mundo de los humanos su magia la envolvía con un halo protector, unos destellos de amor que perdería o quizás le robarían. No supo de aquella realidad hasta que se descubrió inmersa y absorbida en la existencia de todo lo innegable. 

Faltaba poco por llegar, el camino se vislumbraba ante ella, abriéndole paso. El bosque estaba tan verde, los arces habían crecido con fuerza y, ahora, oponían una ligera resistencia a los destellos de luz de aquel extraordinario día. El camino cubierto por Nemorasa le trasmitían la paz que su alma necesitaba. Estaba bien, pronto llegaría.

Con sus finos hilos de seda, iría envolviendo su ser, recordando todo lo que había sentido. Poco a poco, tejiendo con aquellos filamentos de emociones perdidas y sentimientos encontrados, envolvería todo su cuerpo. Las primeras capas le dolerían, siempre dolía. El primer tramo era el más doloroso, su tacto directo con la piel producía un ardor que llegaba hasta el último y escondido hueco de su corazón, las siguientes capas eran dulces y delicadas, la sensación de bienestar la cubriría; la crisálida la protegería.

Cruzó con su último aliento el arroyo, intentando entre piedra y piedra que la fuerza del agua no jugaran a equivocar sus pies. Al llegar a la otra orilla, ya casi moría, su alma se desvanecía… entre tanta debilidad encontró el aliento en el aroma y aire que la rodeaba. Estaba en casa, unos pasos más y llegaría. Se levantó y dudó si sobreviviría… 
Unos pasos más se decía, cuando al levantar la mirada, reconoció allí toda su vida. Había llegado, el tiempo se detenía… 



Soraya

Comentarios

  1. Bueno, bueno, bueno. Por fin veo que te decidiste a dar el salto al mundo blogger. Bienvenida, pues. Te deseo que se cumplan tus expectativas y, si no es así, que al menos disfrutes del trayecto. Un saludo, Soraya. : )

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  2. Hola!!!

    Bueno, bueno, bueno... Sr. Pedro Fabelo tienes que saber algo... mi blog es una chica y dice que a los blog duros como el tuyo ella los entiende... (me da miedo) Aquí hay algo que lo sepas. Veremos cómo escapamos tú y yo. ;-)
    Me ha encantado leerte, gracias por el comentario. Lo he creado sin expectativas... por si no las cumplo, jejejeje... Disfrutaré del camino, eso sí. Ahora, tengo mis escritos recogidos. Gracias por tu apoyo, siempre me lo has dado.
    ¿Podrías acosarme? ;-) pero ya sabes a mí me gusta que me manden flores al trabajo, que lo hagan a la hora de la siesta, que me escriban poemas y todo eso... cosas que le van a las mujeres. Piénsalo, no es mala idea.

    Muchos besos!!!!

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