Entradas

Mostrando entradas de 2017

El origen de mi propia causa

Imagen
Entonces, mis propios demonios hicieron un pacto. Jamás se sublevaron, respondían a una necesidad superior, a una bestia capaz de reinar en el propio infierno. Allí donde la razón más humana es capaz de arder para desprender en sus confines las cenizas de la cordura, por los avernos de la conciencia humana, y donde el límite es tan difuso que el placer se enmascara de tortura bajo el letargo del juicio; Mefistófeles posó su mano. Doblegó cada miedo y engendró el temor en las propias entrañas de mis pequeñas bestias. Su magnitud desbastadora se extendía por las fronteras que delimitaban mi propio ser, difuminando cada extremo, para convertir esa línea divisoria otorgada por la realidad en no más que el horizonte que se desvanecía ante mi mirada. En su lúgubre dominio retumbaba la sinfonía de una oscuridad, su eco me envolvía en la cacofonía inconfundible de la disociación y sus notas se lazaban sobre mí. Inconscientemente me diluí en ese canto de sirena, sin ser capaz de dis

De tu boca a mi boca

Imagen
El culmen de mi pensamiento estaba expuesto, no plegué sus palabras. No, no lo hice. Busqué la simetría anexa en la curvatura de su boca. En el vértice opuesto encontré sus labios, sujetos con la línea de calma que la ansiedad ha depositado. La que emerge de un anhelo controlado, que a pesar del tiempo no se ha borrado. Mi necesidad tangencial en toneladas de dudas por la inercia de una piel, sobre la emboscada de las huellas de sus ojos por mi boca. Aterrada o aterida en esa distancia que apenas existía y, sin embargo, se convertía en ese abismo insondable del que jamás sobreviviríamo s. Soraya.

Ósculo

Imagen
Compones el recuerdo, con la distancia fría del tiempo. En el gélido halito, el susurro navega a mi encuentro. Cada suspiro se contonea, volando al encuentro. Libre, en la levedad de su peso. Etéreo, en conjunción con el silencio. A través del tiempo… el único beso -Emerge, latiendo- en otro tiempo, no fue nuestro. Perece sublimemente perfecto, lo incierto. Te devuelve aquello  que usurpó el sentimiento. Renacer, cuando respiras fuego. Acallar, la insignia de una palabra con la paz salada En la sombra de la mirada, el corazón pretérito, sin lamento, recorre tu ósculo más sincero y se disculpa por entregarse entero en tanto frío… que compone  el recuerdo. Soraya.

Mea Culpa

Imagen
...Exclama la grandeza de un alma imperfecta. Deambula, como dueña, por los resquicios atávicos de tu consciencia… Prisionera en tus tierras… se apodera. Imagen extraída de Google+ Esclavo ante su presencia, tiembla el pulso en el aire que la sustenta. Ignoto origen que te domina, en la libertad más extrema. Tu indómita esencia, no te libera. Tu ser, se alimenta… Ama de la vigilia que domeña esta existencia, esclaviza una exigencia en la necesidad intangible que navega por el recóndito espacio de tus tinieblas… Sublevación primigenia, que alza cada pulsión, aprehendiendo con magnificencia  la oquedad de la supervivencia. Subyugado ante el poder que despliega, siendo siervo del deseo que se engendra en la cordura de tu subconsciencia tu voluntad vuela… Sometida a la inconsistencia se revela; la única imposición de tu naturaleza. Soraya.  

Como si fuera...

Como si fuera la prostituta que realiza su servicio o quizás la camarera que te sirve el café en el bar de la de esquina. Ambas, Gabriel, ambas no son nada para su cliente. Así es, pero de la primera te impregnaste de algo. No sabrías describirlo, porque es difícil. En el fondo, la esencia de la cuestión es si esos gemidos te pertenecían. Sabes que no, y los sabes bien. Ahora, puedes engañarte. La segunda, prácticamente forma parte de tu vida. Ella, cada mañana te coloca tu expreso sobre la mesa, es algo habitual. Pero, ni siquiera te has dado cuenta de que ese café es perfecto. Y puedes pensar que si ella no estuviera seguirías disfrutando de esa satisfacción, y lo harías. Aunque con una pequeña diferencia, tan insignificante que casi no puedes apreciarla. De ambas puedes prescindir. Siempre encontrarás otra prostituta y habrá otra camarera que sirva tu primer café...  Sin embargo, yo soy la puta que no vende su placer y la camarera que marca la diferencia en un euro diez.

Dónde estás?

Imagen
¿Dónde estás?  Que no te encuentro. En el vacío de tus ojos navego, sumergida en el frío de tu cuerpo; solidifico el registro de este corazón con la renuncia de un lamento que no hace silencio... Y no te siento. Cuando grito, discurre el sonido por tu pensamiento; impertérrito. Con la templanza que me da el viento, te miro y no te encuentro; amuelo lo cierto, desgarrado lo verdadero. ¿Donde estás, cuando suicido mis sentimientos? Tus manos no retienen el momento, disuelto, en el profundo océano del tiempo. Perdida en la renuncia, el abismo es inmenso  ante tu olor,  pasivo y sereno. ¿Dónde estás? ¿Dónde estás, mientras se inmola lo nuestro? Soraya.

"Todo fluye, nada permanece"

Imagen
"Todo fluye, nada permanece".                                                        Heráclito de Efeso. Aunque intentemos retenerlo, aguantarlo, rememorarlo... Todo cambia, nosotros cambiamos cada segundo, y todo influye: La Gestalt más perfecta, el movimiento más caótico de Lorenz, el principio germinal del Tao... en una sola esencia; tu esencia.    Soraya.

Realidad

Imagen
¿Cuánto estás dispuesto a saber? ¿A descubrir? ¿Conocer…? ¿Lo podrás soportar? ... Levanta la mirada. Observa cuál es la verdad; ¡Tu verdad! La locura empieza a sentir la ansiedad, prisionera de esta cuerda mentalidad. En el caos no te puedes deslizar, el riesgo te puede hacer tambalear. La pasión empieza a devastar cualquier atisbo de seguridad, exterminarla te puede hacer agonizar; Eso lo sabrás. El deseo germina recovecos al azar, florece la vehemencia en tu voluntad. Necesidad como el respirar, clama una súplica que no se puede desterrar. Riesgo de la oscuridad, que inmoviliza cualquier acorde del compás. Miedo del boceto que te marca, líneas difusas con mezcolanza de realidad;  indeleble, sin más. Te roza, Te envuelve, Te abraza... La puedes tocar, Acariciar... Enajenación que besa sin cesar, en la demencia de un delirio que no puedes controlar. Soraya.

Recubierta para ser desnudada

Imagen
Recubierta para ser desnudada, sin ninguna coraza… ante la simplicidad humana. Respiro la frivolidad, sintiendo la asfixia en cada palabra que fue serigrafiada en la tabula de esta mente segmentada. Se retuvo el murmullo en la libertad del silencio; inconstante prisionero que fue feneciendo en cada verso. Fragmentos retirados, dejando al descubierto la debilidad de esta raza. Con origen ancestro, se fue erigiendo en el epicentro de un momento; tan moldeable como el viento que cubre el cuerpo. La piel marcada por la tinta derramada, destapa la fragilidad humana… tan prístina y clara como la esencia primigenia de esta causa. Desnuda… siento el sonido del corazón latiendo; su eco marca la sonoridad con su peso. Sentir que estoy viviendo al descubierto de ese frío invierno me exime de no haberlo hecho. Impalpable en la ingravidez me muevo, volátil como el tiempo me muestro. Mutando en cada instante el sentimiento, la cubierta se fue desvaneciendo…

Nature

Imagen
? La loba se despierta tras la tormenta... hambrienta, sedienta... Quiere su pieza. La fiera ávida por la pérdida, despierta... En la naturaleza devastadora crea la esencia. Sus fauces aprietan, la agonía cruenta aumenta la liberalidad; se alza su magnificencia. Iza la bestia. La loba, despierta... Sus garras aprietan; lacera. La grandeza animal  impone su fuerza... desgarra,  devora,  despedaza... el instinto indómito domeña. Se eleva, se alza, se levanta... Reclama. Domina su causa. Emerge la naturaleza; su existencia... Despierta. Soraya.

El tiempo se escapa...

Imagen
Deslizando pasos por la eternidad  -en otro tiempo y en éste-  nuestros caminos no se pueden rozar. Compuestos por la esencia primigenia,  creados a la par,  en la complementariedad  que la existencia nos niega enlazar. Sentir que en que tu mirada me voy a encontrar,  bajo la necesidad que mi ánima encumbra la libertad. Y el tiempo pasa en la perpetuidad...  Dos almas que vuelan a la mar, destinadas a encontrarse; una y mil veces más. Me puedes acariciar  igual que acaricias  el aire al respirar. En tus sueños susurrarás, suave,  con la levedad de la temporalidad... No marches jamás Como el silencio al hablar, las olas al chocar, envuelta en el viento  que te impulsa a andar... Siempre me tendrás. Renacer, para volverte a buscar; en esta vida y otras más... Soraya.

Porque de otra forma no te tengo

Imagen
Apoyó las manos en el escritorio, su cuerpo mantenía una tensión extrema, cada músculo estaba contraído. Sus dedos se fueron cerrando colocando sobre la superficie los puños, por un momento pensé que vendría un golpe seco. Pude identificar como la ira recorría su interior...   Había entrado sin decir ninguna palabra y yo la conocía lo suficiente para saber que tenía esperar... Mi trabajo con ella era relativamente fácil, el resto era su proceso; su capacidad de análisis, de acomodación y reestructuración era tan rápida que, a mis años de experiencia, no dejaba de producirme asombro observarla. Me situé a un metro de distancia de aquel esbelto cuerpo, sin ningún obstáculo entre ambos; y la contemplé. Más con belleza que preocupación. Era sutilmente preciosa en ese estado. No puede ver su rostro hasta que inclinó la cabeza, sus lagrimas habían empezado a derramarse dibujando un río negro a su paso, fruto del rimel que cubría las pestañas. Inspiró aire clavándome la mirada, su respi