El origen de mi propia causa



Entonces, mis propios demonios hicieron un pacto. Jamás se sublevaron, respondían a una necesidad superior, a una bestia capaz de reinar en el propio infierno.

Allí donde la razón más humana es capaz de arder para desprender en sus confines las cenizas de la cordura, por los avernos de la conciencia humana, y donde el límite es tan difuso que el placer se enmascara de tortura bajo el letargo del juicio; Mefistófeles posó su mano. Doblegó cada miedo y engendró el temor en las propias entrañas de mis pequeñas bestias.
Su magnitud desbastadora se extendía por las fronteras que delimitaban mi propio ser, difuminando cada extremo, para convertir esa línea divisoria otorgada por la realidad en no más que el horizonte que se desvanecía ante mi mirada. En su lúgubre dominio retumbaba la sinfonía de una oscuridad, su eco me envolvía en la cacofonía inconfundible de la disociación y sus notas se lazaban sobre mí. Inconscientemente me diluí en ese canto de sirena, sin ser capaz de distinguir ningún margen. 
En ese compuesto misceláneo que me acunaba, el peso de su presencia se hacía imprescindible para mi existencia. Cada paso, cada acto, cada pensamiento… me precipitaban a él.

Dentro de un túnel atemporal, donde mis demonios soltaban sus sonaras carcajadas, él me arrastró a su domino. Fue capaz de arramblarme por el páramo fangoso y lanzarme sobre el cieno de la vida para mostrarme ese lugar etéreo destinado al eterno castigo de mi condena.

Nada hubiera tenido tanto poder para destruirme como él. Sin embargo, me abrazó con sus tentáculos y cosió mi coraza. Pude contemplar en su rostro el origen de mi propia causa: yo, Anabel.





Soraya.



Comentarios

  1. Es... Sencillamente precioso.
    Yo soy de las que piensan que también hay belleza en lo oscuro, que también puede arreglar, curar, sanar... Y sin embargo siempre huímos por esa etiqueta de ''oscuro''.
    Un besito.

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    Respuestas
    1. Hola, Nerea!!!

      Muchas gracias!! Somos el origen de nuestra propia causa, sólo nosotros tenemos el poder destruirnos... pero también el poder de reconstruirnos.
      "La oscuridad"... todos y todas... tenemos nuestros demonios, conocerlos y reconocerlo es lo difícil.
      Me encanta que te guste!!

      Un besote y mil gracias por leerme, guapa!

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  2. Una mirada embriagadora a nuestro lado oscuro que te deja reflexionando...

    Me ha gustado mucho Soraya.

    Un placer leerte nuevamente :)

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    1. Hola, José!!!

      Navegar en las profundidades... jeje.

      Que te guste, ya lo sabes, una alegría enorme!!! ;-)

      El placer es mío por leerme!!!

      Un gigante beso!

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    2. Gracias, Fonsitofonceca.

      :-))

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