En la obra perfecta


El mundo está lleno de pequeños movimientos, giros que se acompasan y se ajustan en un sinuoso baile completo, dando forma a un ritmo casi perfecto que silenciosamente marcan la vida.
A sus 80 años, se podría decir que la vida le había regalado la existencia y la temporalidad de aquellas cosas efímeras que nos llenan de felicidad, le había mostrado la dureza, golpeado con fuerza… pero él siempre había conseguido equilibrar la supervivencia. Cuando el doctor se lo comunicó, ni siquiera le sorprendió. Hacía meses que su corazón ya no sentía, si bien cada impulso ventricular le recordaba que aún existía, su sístole y diástole le hacían saber que ya no podría.
Ahora, su memoria se revolvía y escogía del pasado aquellas cosas que amarran, envuelven y protegen de las sombras, recorriendo ese atávico proceso que el ser humano llama vida. En el camino inverso de sus pasos no se sorprendió al ver que él aparecía.
Ahora, que su existencia se extinguía bajo el calor de los años; él, su mirada, aparecía. Un recuerdo que se había afianzado, un sentimiento que se ancló y él desterró… después de una vida, aparecía. Arraigado en el desasosiego y la inquietud de su cobardía, en la fuerza que no tuvo, por el miedo a lo que sentía. Su calidez lo envolvía.
Cuando la vida se apagaba con el tic tac que marca el paso y su reloj se ralentizaba tomándole el pulso a los años… Él, se sintió como el mejor actor de otra vida, el de la escena perfecta de una sociedad que comprendía , aplaudiendo la libertad en el miedo y la cobardía.


Y, ahora, al cerrar los ojos lo sabía.




Soraya.

Comentarios

  1. Uf, sin palabras me dejas... no obstante, no hace falta añadir ninguna a tu obra, con un final perfecto y espectacular... felicidades :)

    Beso grande!!

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    1. Gracias, Flora!!! jeje... Sin palabras es bueno, jeje... Me alegra que te guste! :-))
      Se representa la obra perfecta, quizás a cualquier precio.

      Un beso mega!!!!

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  2. Me ha encantado.
    Cuando cierra el telón vienen los aplausos, al final de la obra perfecta.
    Muy bueno, enhorabuena.

    Un abrazo.

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    1. Hola, Manuel Jesús!!

      Me alegra mucho que te haya encantado. Es posible que lo más irónico de esta vida sean esos aplausos... Gracias por entrar a dejar tu comentario y por tus palabras que son un bonito regalo.

      Muchos besos y disfruta del fin de semana.

      Soraya.

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  3. El desenlace perfecto...

    Una vez más has detenido mi mundo mientras te leo Soraya.

    Un gran beso!

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    1. Hola, José!

      Ya sabes que detener unas fracciones de segundo el mundo a través de su lectura... es uno de los objetivos de mi blog, jeje... parar el tiempo para pensar y reflexionarlo. A veces, creo no llegar... contigo es diferente.

      Mil gracias, una vez más, por leerme... y por tu tiempo.

      Un beso de los enormes!!

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  4. Qué hermosa restrocpectiva y última escena, sin duda que darse cuenta de la belleza de esa libertad de haber elegido cada paso, dejando como producto sensaciones vividas, buenas o malas es la satisfacción para cerrar el telón.
    Un agrado leerte y reflexionar.
    Un saludo.

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    1. Hola, Viviana!

      Creo que la máxima libertad es la capacidad de decidir; somos nuestros dueños. Al final de la obra, volvemos la mirada y, creo, que una de las preguntas es... ¿valió la pena? Con lo bueno y con lo malo, lo importante es vivir en libertad con nosotros, ser justo, fieles, cambiar y... no tener miedo "es nuestra obra", quizás no perfecta...
      El placer es mío, mil gracias por el comentario, por la aportación y enfoque del texto. Tu reflexión me encanta!

      Besos!!!

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