Se vende



Me escudé, 


me escudé en la necesidad de protegerme

ante la imposibilidad de exponerme

en riesgos desmesurados

que jamás hubiera afrontado.



Fortifiqué la seguridad

en una doctrina mantenida

a expensas de una vida.



Vendí ilusiones en una tasación sin aparo

para evitar el sufrimiento de un saldo.



Robé las emociones que me dieron aliento

en un intento, funesto.



Me nutrí, por ello, en una soledad amarga

que es un goteo de la sed que poseo.

Ahogándome el agua,

que escenifica la calma.



Y, sin embargo,

no me asfixié ni morí en aquello…

Subasté mi mundo,

al menor precio;

con ausencia de un te quiero,

todavía te deseo.



Soraya.


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