¿Lucha o huida?
Mi cámara, mi Canon PowerShort G1 X. Me enamoré, fue verla y saber que formaría parte de mi vida. Al leer sus versos…
“Sensor CMOS de gran tamaño de 14,3 MP, DIGIC 5, HS System,
Zoom compacto 4x; IS Inteligente,
Pantalla LCD de 7,5 cm (3") y ángulo variable; OVF,
Control totalmente Manual, RAW, DPP,
Full HD, HDMI,
Ráfaga de alta velocidad y Alta Calidad (HQ),
Smart Auto,
Amplia gama de accesorios,
Modo HDR y Filtro ND
Estuche estanco al agua (40m).”
…Me robó el corazón. Suavemente me susurró: “Combino un sensor CMOS de gran tamaño de 14.3 MP de Canon, un procesador DIGIC 5 y un excepcional objetivo con zoom 4x. Te ofrezco un control a nivel de cámara réflex y una gran calidad de imagen con un cuerpo compacto”. Y yo caí rendida; “Te necesito, te necesito, te necesito…” Así fue que la perseguí en las redes sociales, la busqué por aquí y por allá. Supliqué, lloré, usé el chantaje emocional -cosa de la que no me avergüenzo-, apelé a la extorsión y, al final, tuve que recurrir a los servicios de Agustín. Agu, mi Plan B. Las lágrimas se me escaparon al sacrificarlo pero era él o ella. Así que lo usé, en el amor todo vale. Se lo dije con el corazón en la mano: “Lo siento, Agustín, ha llegado tu hora. Ahora, son necesarios tus servicios” y le destrocé la barriguita a mi cerdito, mi sistema de ahorro tradicional -Pobre Agu, todavía lo echo de menos-. Con lo que albergaba en sus entrañas pude atraerla hacia mí, desde Nueva York hasta España. Así comenzó nuestra historia.
Y ese día estábamos juntas.
Y ese día estábamos juntas.
Caminar plácidamente por el campo con su vegetación específica y fauna autóctona es una actividad que se supone tiene que ser beneficiosa para la salud, ya no solo simplemente por los efectos beneficiosos físicamente sino por los psicológicos, que se seguramente serán muchos. No lo dudo… pero como no los sé, no los voy a enumerar. Digo se supone porque suponer es fácil, basándonos siempre en lo que creemos, desde nuestra perspectiva, con nuestras ideas… Grosso error humano éste, el de suponer. La realidad es otra, casi siempre es otra y muy diferente, y los hechos objetivos así lo demuestran.
El día que el mundo me demostró esto que estoy reflexionando sobre la naturaleza humana. Ese día, iba yo temprano, muy temprano. Hay que ir temprano, es un principio básico en esto del senderismo –léase aquí trekking, para aquellos más doctos o legos con ánimo de profundizar en el tema- si quieres ser un profesional de la disciplina. En caso contrario, eres simplemente un “dominguero”. Explicaré este término producto de la riqueza cultural que presenta el lenguaje de mi pueblo, lo haré de una manera muy gráfica para garantizar la asimilación del término, lo del uso e incorporación al vocablo es decisión vuestra.
Dominguero/a: dícese de una persona que normalmente es sedentaria y no tiene grandes expectativas en expansiones deportivas. Suele desplazarse los domingos con la unidad familiar al completo, dejando su hábitat, con ánimo de explorar entornos cercanos y ejercitarse físicamente. Entre sus preferencias destacan los entornos naturales como el campo o la playa. Suelen hacerse con el dominio del territorio mediante ocupación rápida, masificando el espacio. Su actividad extrema suele comenzar alrededor del mediodía, hecho propiciado por la complejidad que alberga el desplazamiento en sí.
Algunos de los rasgos psicológicos que los definen, entre otros, son: expertos sin rebate en el mundo deportivo, amantes de la cerveza, alegres, extravertidos y tremendamente felices. Entre los rasgos fenotípicos que define el concepto se encuentran el sobrepeso (no en todos los casos). La preponderancia es de 9:7 a favor del sexo masculino.
Bueno, a lo que iba que desvió la narración del hecho.
Mi Canon y yo, yo y mi Canon… En la vereda, en medio del campo. A las 07.15 a.m. hora exacta. Amaneciendo. En conjunción armónica con ella, decidí echar la foto de mi vida. Flexioné mi cuerpo y me recosté sobre la hierba buscando el ángulo perfecto para captar al Astro Rey acariciando la montaña. En esas estábamos cuando desde la lejanía escucho una voz…
- Sorayi, date prisa que te quedas atrás
- Ya estamos, metiendo prisa a mi ritmo vital de contemplación. ¡Así quién no sufre estrés! Ahora voy yo a explicarle a la voz ultratumba esta la necesidad imperiosa de respetar mis tiempos y mi arte. Eso pensé, pero no verbalicé ninguna palabra bajo el riesgo de quedarme allí; la voz tiene su carácter.
Me fui levantando y sacudiendo el rastrojo que se me había adherido a la ropa cuando de repente veo dos círculos brillantes, enormes como platos, mirándome en medio del camino.
De primera creo que los niveles de cortisol se dispararon, de segunda mi cerebro entró en un conflicto con la amígdala y el córtex prefrontal e inició en unas milésimas de segundos una guerra para valorar la situación.
-¡Te quieres dar prisa, mujer!- comunicación a gritos con la voz.
- ¡Ostras! Aquí hay un búfalo que me está mirando de forma muy rara… Creo que me va a atacar… -valoración inicial, se supone de un cerebro racional y analítico; el mío.
- ¿Qué? Aquí no hay búfalos, es más, creo que no los hay en todo el continente. ¡Quieres venir ya, inculta!
- ¿Estás seguro? ¡Huy! (o ¡Uy! que es lo mismo) Es verdad, esto es un toro. Yo no sé lo que le hecho pero está enfadado conmigo...
- ¿Qué toro, ni que toro, ni nada? Sorayita que eso es una vaca marrón, que la estoy viendo desde aquí.
- ¿Una vaca? ¿Qué hago? ¿Qué hago?... ¡Ven!
- ¡Yo que voy a ir hasta allí! Quieres espantar a la vaca de una vez y venir ya. Pasa por al lado que no te va hacer nada…
“Espantar a la vaca, espantar a la vaca…” Una y otra vez se repetía en mi cabeza ¿Qué hizo mi cerebro? Buscar experiencias pasadas, eso hizo. La computadora humana buscó datos de acontecimientos similares en su base datos y encontró uno. Desierto de Wadi Rum (El desierto de Lawrence de Arabia). Allí, hace 13 años mis retinas captaron la imagen de un señor del desierto que espantó unas cabras de la tienda-comedor dando unas palmadas y diciendo: “Pais, pais, pais…” –que se ve que asimilé como un “chape, chape” para los gatos- ¿Qué hice yo? Lo que mi cerebro ordenó, claro.
¡Paisss! ¡Pais! ¡Pais!... ¡Plaf! ¡Plaf!... ¡Pais! ¡Plaf! ¡Pais!...
Entonces el mastodonte-vaca se ofendió mucho y mugió con cólera. Mi amígdala cerebral descifró el cabreo rápidamente y dijo: ¡¡¡¡A correr, que nos mata!!!!
Como si el aura de Usain Bolt me hubiera envuelto, me lance como un rayo. Parecía que alguna deidad me había dado alas: esquive tres árboles –dos olivos y una encina-, sorteé piedras, salté un arbusto… y la fiera detrás.
La voz decía: ¡Corre, corre, corre… que está detrás!
Hasta que llegué a un arroyo. Pero los hados estaban conmigo. Hice un triple (salto de longitud) que ni en mis mejores años de atletismo. La suerte se despistó en el aterrizaje porque al llegar al otro lado caí con los pies en un barrizal, patiné unos metros y me estampé contra uno enebros -creo yo-, o otro género. Así con la cara dentro del fango y el cuerpo en el arbusto sentí como una fuerza todopoderosa tiró de mí, desde mi mochila –ahí, dentro, estaba custodiada mi Canon- la luz se fue abriendo paso a mis ojos y observé a la vaca en el otro extremo mirándome asombrada. La fuerza motriz que levantó mi cuerpo era la voz. Me quité el barro de la boca:
-¡Victoria! ¿A qué he luchado cómo una gladiadora?
-Más bien has corrido como una gacela temerosa…
- ¿Qué dices? Será como una amazona…
- ¿Una amazona? Sí, claro, Sra. Guerrera.
- ¿No lo has visto? Los hechos hablan…
- Anda, anda… Vamos, que tengo el cielo ganado…
- ¡De percepciones erróneas está compuesto este mundo, que quede claro!
- ¡Clarísimo! Venga...
Soraya.
Impresionante Trabajo, e Impresionante Descripción: "De Percepciones erróneas está compuesto Este Mundo"; Pero No Es El Mundo, Son las Personas; Pero No Todas Las Persona (Pero No Todas las Personas: los Que No Adhieren a las Ordenaciones, Quizás No).- (LUIS). (Disculpame Divina).
ResponderEliminarGracias, Luis. jejej... Sí, llevas razón. Cuando hablo de "este mundo" es una forma expresiva de referirme al conjunto de personas pero es cierto que "no todas las personas".
EliminarNo tengo nada que disculpar, jejej...
Saludos.
ay pero que maravilla nos cuentas hoy ¡¡¡¡¡
ResponderEliminarmirar el mundo con otra optica o con varias siempre es lo mejor Soraya ¡¡¡¡ aunque veces tengamos que salir por patas jajja
besitos
Jejejeje... María, muchas veces tenemos que salir por patas pero lo importante es la perspectiva, la nuestra, jejejeje...
EliminarBesitos!!!!
Una historia amena y divertida. Si fue una experiencia real no me extraña que haya dado lugar a un relato; si es una invención, alabo tu ingenio.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, Sotriva.
Un abrazo!
Gracias Julia!!! No es historia real, jejejej... Hay algo que he intentado transmitir con humor... "Las percepciones de la realidad, siempre depende", no sé si lo he conseguido, jejej...
EliminarBesitos!!!
¡Ay Soraya! Que historia de amor, casi imposible de no haber sido por Agustín a quien no solo le rompiste el corazón sino también el lomo... Tal vez nunca pensaste que el espíritu de Agustín poseería a aquella inocente vaca para recordarte que lo cambiaste y seguramente lo más imperdonable para Agustín es que lo cambiaste por otra, contra eso un macho no puede competir, a menos que su espíritu posea a una hembra y descargue su furia como solo las hembras saben hacerlo contra aquella que le rompió el corazón....
ResponderEliminarMoraleja, no le rompas el corazón (ni el lomo) a quien guarda tu dinero :P
Genial Soraya!!!!
Hola, Jose!!
EliminarVa a ser el Karma, jejejej... Agu, el pobre, llegó ella y... desde luego en esto del amor ;-)
Excelente la moraleja, jejejej... No lo había pensado!!!
Besos, muchos!!!
Buenísima la historia y genial la forma en que la has narrado. Las cosas no son siempre lo que parece, desde luego , nuestra percepción depende de mil cosas. Me ha encantado.. Ah, y yo también tengo la Canon, me la regalaron por mi cumple. Un beso
ResponderEliminarHola Chari!!!
EliminarGracias por tus halagos!! La mayoría de las veces las cosas no son como las vemos...
Ostras te la regalaron por tu cumple!!! Que suerte!!! yo sacrifiqué a Agu :-(. Lo intente pero... jejeje...
Un súper beso!!!!
No existiendo una causa que amerite el enfrentar directamente a la vaca, exponerse a sus astas, no sería valor, sería torpeza (el lodo se lava, las cornadas en cambio, pueden ser mortales). Incluso en el arte de la guerra, cuando se observa que el rival es muy superior y llevamos las de perder retroceder se llama “estrategia” . Entonces, debemos de comprender, que toda acción puede catalogarse de correcta o incorrecta dependiendo de las circunstancias.
ResponderEliminarDe otro lado, que bonita historia has tejido para hacernos caminar por la ruta de esta metáfora.
Hola Juan Carlos!
EliminarValorar y ponderar antes de iniciar... una batalla en la que no se entra puede ser una victoria. La mejor victoria es aquella en la que no se ha iniciada una lucha (El arte de la Guerra, ;-)) ). Huir en esa situación es la mejor estrategia y la victoria es salir ilesa, jejej...
Gracias, me alegra mucho que te guste. :-)
Saludos!!!