Fragmentos


Se había partido. Esta vez, en miles de pedazos muy pequeños. Los fue recogiendo…


Estaba destrozada. La muñeca se había roto y componerla era doloroso. Almacenó los fragmentos desperdigados. Recogidos con cuidado y esmero, los fue coleccionando, tenía que pegarlos. Él tenía que hacerlo.

Las lágrimas se le escapaban en cada trozo de esa alma descompuesta. Su trabajo era reconstruirla cada vez que se quebrara, no importaba cuánto costara. La fue pegando, despacio.


Jorge Oteiza
Empezó por los pies, tenía que adheridlos con fuerza a la tierra. Ahora, la anclaría con firmeza, volar la había fragmentado. En suelo firme, la muñeca tendría más capacidad para aguantar cada golpe. Sufrió al desechar esa parte, pero su trabajo era repararla y prepararla para cualquier daño… Su princesa se levantaría.

Al llegar a sus piernas, transformó los pedazos y le dio la estabilidad que necesita para caminar, no se podía tambalear… tenía que andar aguantando el equilibrio más extraordinario. La última vez estuvo a punto de conseguirlo.

Pegó su cuerpo, trozo a trozo, pedazo a pedazo, fragmento a fragmento…

La quería bella, hermosa… porque así era su pequeña; diferente entre todas las cosas. La recompuso imperfecta dándole un corazón que latía, cada vez con más energía; así sería. Se distanció para observarla en un sigilo mudo de emociones y contempló su obra… sentía. Estaba haciendo un buen trabajo.



Imagen extraída de Google
Había llegado el momento más difícil, exigía delicadeza y habilidad. Entró y ajustó sus sentimientos, activó sus recuerdos hasta que consiguió dibujar la sonrisa en su cara. Los ojos brillaban con una vitalidad intensa. Lo que más deseaba era que la mirada se mantuviera con vigor, con el poder y la autoridad que ella debía mantener al posar sus ojos… Sus manos temblaban. Esto no sabía sí lo conseguiría, los golpes habían sido demasiados… La muñeca se rompió desde el interior, aguantó posiblemente más de lo esperado.

El exterior fue forjado, para conseguir la dureza adecuada… Esta vez, sería una protección más eficaz aunque él la vistió con elegancia y naturalidad.

Volvió a colocar a su princesa en medio del mundo, quería que la vieran. Ahora, sus destellos cegaban… La obra era imperfecta. 


Cuando la soltó… el miedo le recorrió el cuerpo, sabía que tendría que volver a repararla… Pero antes de marcharse la pequeña despegó sus labios… “Te quiero”

La miró. Su obra tenía defectos... En esos segundos, la inexactitud de lo inmejorable, de lo insuperable, de lo perfecto… llegó a su pensamiento.


“Te quiero… recoger tus pedazos es mi trabajo”.


Soraya.



Comentarios

  1. ... y contempló su obra...sentía.
    “Te quiero… recoger tus pedazos es mi trabajo”.

    Te sonrío con el Alma.

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    1. Sentía... era imperfecta.

      Un Te Quiero... lo alberga.

      Un beso desde un corazón que late...

      Gracias, DesdMiVentana (No sé tu nombre...)

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  2. Se quebró volando,
    tal vez quería conocer el mundo,
    tal vez quería volver a las manos de su creador,
    tal vez necesitaba empezar nuevamente,
    tal vez su destino era quebrase para que su creador la reparara....

    Leerte y escuchar esa música, me ha dejado los pelos de punta, un nudo en el estomago y la emoción recorriendo todo mi cuerpo.

    Si sigues así te vas a convertir en una adicción Sotriva ;)

    Besos.

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    1. Tal vez... la destruyeron.
      Tal vez... vivió en un mundo de sueños.
      Tal vez... sentir la hacía débil.

      Eso sería una placer... tu adicción a mis letras. Sería algo... maravilloso!!!

      Gracias, miles y un beso enorme!!!

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  3. El verdadero valor de un "Te quiero".
    Extraordinario, Soraya, entre otras cosas.

    Besos.

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    1. Gracias, Ángel. Gracias por ser mi amigo. Por todo, por estar siempre a mi lado.
      Gracias, gracias...

      Besos, miles!!!!

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