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Feneciendo

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Cuarenta y cinco años, diecisiete días y tres horas exactas, el tiempo de nuestras vidas enlazadas.  El tiempo de los días compartidos, el de los momentos de alegría, llanto y sufrimiento; todos están dentro, formando parte de mi recuerdo y ocupando mi memoria. Cartografiados milimétricamente intentan dar sustento a lo que hoy podría llamar mi existencia. Sí, podría llamar, porque lo que hago es respirar intentando mantener el talante y la dignidad en este acto llamado supervivencia.  La lucha a la que me encomiendo cada día, me abate. Y, yo, no puedo poner ningún remedio. Tampoco quiero. ¿Mis miedos? A mis años, ni siquiera los siento. ¿Mis recuerdos? Lo sabes, son los que me dan aliento. ¿Las ilusiones? Ésas, ya no las tengo. ¿Mis sueños? El sueño, sólo es uno. Cierro los ojos para no verlo porque esta soledad me embarga y me abraza. Tu ausencia es lo único que siento. Y lo que tengo, a lo que me aferro, es un único anhelo; el sueño que mantengo.

Contradanza

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Abriendo los ojos a lo expuesto fuera de las palabras, se encuentra esta danza llenando de lógica descentrada aquello que guardabas. Coreografía perfecta en cada nota mostrada  ¡No es nada! De izquierda a derecha, el ritmo no acompaña… ¡Contradanza! De mentiras silenciadas… Ilusiones creadas… Con todas las sombras que se añadan. Movimiento irreal y correctamente trazado; Quimérico y figurado. Cartografía de miedos para esta danza, grabada en la tinta metafórica de cada secuencia dada. Alzas las manos y giras, sintiendo tu compañía… tocando sin alma una melodía,  las notas se lanzan,  acompañan... Ahora,  Que bailas… Que danzas… ¡No olvides aguantar tu máscara! Soraya.

Aire

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"Paso a paso, lentamente, en ti me adentro, eres uno de mis elementos". Despacio, cierro los ojos, para sentir tu caricia no en mi cuerpo.  Te sumerges en el interior abrazando la esencia,  descomponiendo cada pensamiento. Suavemente me despliego para entender que nada me ata,  simplemente soy lo que siento. Cada partícula me da los motivos y las causas…  todo fluye cuando soy yo la que no retengo,  dándome la libertad. El movimiento se ralentiza pero sigue un desplazamiento…  sintiendo que en cada espacio no me detengo,  ajustando el equilibro perfecto,  así, me acaricias, cuidas mi alma. Recordando que eres el que me da la vida…  me introduces en mi calma, me despojas de todo…  para aislarme de todo encuentro.  Sólo te siento  en este destierro que alimenta cada inspiración y espiración  paralizado todo curso de pensamiento.  Determinas cuánto vale una vida, te ajustas y te acompasas… para mostrar que sólo eres el

En el no olvido, permanece

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En el dédalo obtuso de mi memoria, retengo el juego entre luces y sombras. Impregnando el espacio de aroma espaciado, se despliegan los recuerdos que no fueron apilados. Con la mezcolanza de sentencias que mi mente aferra, se recorre cada paso, destilando una ausencia. En el desgarro de la piel, el silencio grita… ¡Basta! flagelando la conciencia que acalla una palabra… con sonrisa delineada. En la huella indeleble, susurro a un tiempo… que desborda la mesura coherente, inundando tu presente. En la cordura alzada, se desgrana, dando forma a gotas de nada. Aun así el no olvido permanece, Inherente, con locura callada, silenciada... No miente… Mi corazón  siente. Soraya.

Lola

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Se quedó paralizada. Le faltó el aire en sus pulmones porque en ese momento, el impacto, y sus emociones, hizo que se olvidara de respirar. Podría decirse que murió unos segundos. Si bien, no murió ella, ese instante asesinó la envoltura especial de sus sentimientos. Y lo hizo de la manera más cruel, la más cruenta. Lo hizo haciéndole tomar consciencia de la realidad en un solo acto. Esa realidad que se presenta rápidamente y que por más que intentemos, imaginemos o soñemos, no podemos cambiar, porque se ha impuesto y exige su derecho. Se enamoró. Lola se enamoró, pero no como cualquier ser humano. De esa forma, ella, no lo hizo. La primera vez que la vida los puso frente a frente, ella no emitió ni una sola palabra. Lo observaba y escuchaba, atenta, mientras analizaba las indicaciones dadas a su acompañante. Su sonrisa la cautivó desde el primer momento, franca y honesta, dando luz a su mirada. Mostraba que su dueño era eso y, así, lo transmitía, sin miedo. Esa primera

Sintiéndonos

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Recorriendo el espacio... Allí te encuentro. Las risas por las que navego presumen sabiendo que tú eres el dueño. De descosido y con hilvanes la tarde puntea nuestro encuentro, así la alegría que me viste mimetiza con mi cuerpo en el momento que te siento a tres pasos de mis sentimientos. Hacedor del hecho, sonríes esperando los segundos pausados que distancian mi acercamiento, con la complicidad de unas voces que aturden el fondo de un pensamiento. Allí, en ese espacio donde se te para el tiempo, se aproxima ese instante que define lo que pretendo y no es un beso. Con la incertidumbre de nuestro tiempo abrazas un deseo añorado por tiempo, desacompasado por hechos, anhelado por mis sueños. Magnificando la espera de un encuentro distraído con palabras soltadas al viento, entretenidas por melosas hadas. Pero tú sólo buscas una mirada, la que te ancla y aferra a mi cuerpo. Con ella te alzas al descubrir que… eso es lo que quiero. Soraya.

Que se pare el mundo...

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Que se pare el mundo… Que se detenga, no puedo. Cada traslación se clava, en la rotación se me va el alma. Exiliada del sol, insurrecta para la luna, enajenada para las estrellas… Grito, sin lamento; ¡Qué pare el mundo o yo lo detengo! No alcanzaré el solsticio de invierno, inexorable y cierto, en el equinoccio me detengo. El olor a alegría en primavera, la nostalgia perecedera de una mañana en verano, la soledad eterna en un otoño y el frío que hiela un corazón de invierno… Me detengo. Envuelta con la luz del día, acariciada por la noche… Lo quiere mi corazón, lo pide mis entrañas lo toma un ánima desterrada… Que se pare el mundo… Ahora es el momento. Soraya.

¿Lucha o huida?

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Mi cámara, mi Canon PowerShort G1 X. Me enamoré, fue verla y saber que formaría parte de mi vida. Al leer sus versos… “Sensor CMOS de gran tamaño de 14,3 MP, DIGIC 5, HS System, Zoom compacto 4x; IS Inteligente, Pantalla LCD de 7,5 cm (3") y ángulo variable; OVF, Control totalmente Manual, RAW, DPP, Full HD, HDMI, Ráfaga de alta velocidad y Alta Calidad (HQ), Smart Auto, Amplia gama de accesorios, Modo HDR y Filtro ND Estuche estanco al agua (40m).” …Me robó el corazón. Suavemente me susurró: “Combino un sensor CMOS de gran tamaño de 14.3 MP de Canon, un procesador DIGIC 5 y un excepcional objetivo con zoom 4x. Te ofrezco un control a nivel de cámara réflex y una gran calidad de imagen con un cuerpo compacto” . Y yo caí rendida; “Te necesito, te necesito, te necesito…” Así fue que la perseguí en las redes sociales, la busqué por aquí y por allá. Supliqué, lloré, usé el chantaje emocional -cosa de la que no me avergüenzo-, ape

Manuela

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¡Ay, Manuela! A Manuela le ardía la sangre, la que le corría por las venas y eso hacía que su carácter fuera capaz de envolverte, arrastrarte… Un fuego que arrasaba haciendo arder cualquier vida, porque Manuela quemaba, te abrasaba la vida. Su sola presencia turbaba todo mis sentidos. Tenerla enfrente era desgarrador y enfermizo… La Manuela me dejaba sin aire con sólo mirarme, esos ojos marrones me clavaban, me aferraban en un punto fijo donde me anclaba con todo lo que trasmitía. Cuando me hablaba mis latidos se desbordaban, se me salían del pecho… a la Manuela yo no podía ponerle freno. Era un huracán de pasiones donde me perdía, el viento que me arrollaba y, al tiempo, me daba la vida. Ella lo sabía. Así que Manuela con la fuerza que poseía no sintió el miedo cuando vino a robarme... Era la dueña de sus actos; lo sabía, yo le pertenecía. ¡Ay, la Manuela, que me robo mi vida!  Imagen extraída de Google. Soraya .

Expresión

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Imagen extraída de Google Soplando las letras,  pintándolas de colores,  aumenta la destreza  del que roba sueños. Aguantado para perfilar  la sonrisa que te domina. Pasos diestros y siniestros,  escenifica la danza sobre las aguas. Suavidad al tocarlas, escarificadas en el alma. Formadas con la enajenación del que expresa sentimientos. Compuestas por la armonía, en el conjunto perfecto  que sólo posee un centro. Exteriorizando, para delatar cada pensamiento. Las letras que a ti,  a mí,  a vosotros, a nosotros llegan… Imagen extraída de Google Son ellas,  conforman todas, cada una de las palabras. Soraya.

Mañana

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Hoy que mis lágrimas hablan, sin querer callarlas. Hoy que la humillación me estima, haciéndola mía. Ayer que creí en las palabras, sin oír los suspiros de engaño, embriagada por un destello de antaño. Ayer que sentí lo que no existía y  en delirios me bañaba. Hoy que mi corazón sangra por mentiras creadas. Ayer que fue una ilusión desesperada. Y mañana… Soraya.

Nuestro infinito cielo

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Nunca las aguas estuvieron en calma. No, no lo estuvieron.  Intentar detener era como frenar el viento con mi solo cuerpo.  La tolvanera emocional en que incrustaste mi tiempo, me desterró a lo más profundo de cualquier encuentro, me llevó a un mundo repleto de sueños. Arrastrando las sensaciones a todo un espacio plegado de grandes silencios, arremetiendo a la nada para encontrar íntegro cada momento. Compuestos con esmero y formados por sentimientos para engendrar la locura en la que inexorablemente me despliego. Y en estos retazos de pensamientos me sumergí para aflorar y sentir lo que no tengo. Convertido todo, formando un mundo perfecto, tuve que dejar que te escaparas de mis espacios de tiempo, para alcanzar un vuelo que no pude mantener en lo alto de nuestro infinito cielo.  Mis ojos no lo vieron, los cerré con fuerza, porque dentro, en lo más profundo, albergan tan sólo un miedo, sembrado en la incertidumbre de los campos oscuros en los que me detengo..

Sueños

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Al escuchar aquel argumento te enamoraste poco a poco de aquellas palabras.  Necesitabas sentir lo que ella sentía, necesitabas que aquellos conjuntos de sonidos articulados salieran de la esencia de tu cuerpo como si fueran todos tuyo.  Vivir esos momentos despertaron en ti todo un sueño…  Las irrealidades le dieron forma, quisiste alcanzarlo, añoraste tenerlo…  Aquel escenario deslumbró tu mirada apagada, dando luz a un encuentro de grises pintados bajo la sonrisa que cubría la faz con la te mostrabas. Intentaste detener el tiempo, jugar a la complicidad de sentirte dueña de todos los espacios de tiempo…   Una melodía que suavemente tocabas, una música que no te pertenecía…  ¡Olvídate! que aquellas notas no existían porque la composición simplemente fue creada a partir de la nada, un sueño que ella mantenía.  Aún así, tú lo querías. Soraya.

Anhelo

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El pulso de mi anhelo  te mantiene.  Hacedor del dulce devaneo,  de mi contienda irreverente frente al desvelo. Encriptado en caricias, aferrado a cada beso, bañado por susurros, expuesto a tus deseos. En derroches de silencios, entre brazos de otro cuerpo, con el latido que no es mío;  en la boca que te sacia, allí me encuentro. En espacios no definidos del torrente de tus sueños, bebiendo de la tolvanera de emociones que recurren a mi mente. En la vigilia de la noche, es donde me vas nutriendo. En el quererlo, ternerlo…  Allí permanecen mis deseos. Soraya.

En el silencio...

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A través del cristal las gotas de aguas chocaban a un ritmo descontrolado contra el suelo, empezaba a llover. El cielo se había teñido de los grises más bellos, alumbrados por esos destellos de luz que tanto le apasionaban.  "Las gotas caían… y la tormenta se abría paso”. Imagen extraída de Google A escasos centímetros de él se encontraba ella. Sentir su presencia tan cerca lo mantenía allí, aferrado, mirando a través del cristal. No podía volverse. Ese giro de su cuerpo le llevaría al desconcierto, enfrentarse a su mirada le hacía rozar el pánico. Y lo que sentía… no era miedo, no. Cuánto deseaba tenerla cerca… El olor de su cuerpo le había perturbado todas las noches enajenando todos sus sentidos, convirtiéndose en un sueño que lo acompañaba constantemente. La dulzura de su voz se había transformado en una melodía que acariciaba todos sus pensamientos. Su boca era el camino que deseaba. Poder sentir el recorrido de su lengua y la humedad de sus labios

Fragmentos

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Se había partido. Esta vez, en miles de pedazos muy pequeños. Los fue recogiendo… Estaba destrozada. La muñeca se había roto y componerla era doloroso. Almacenó los fragmentos desperdigados. Recogidos con cuidado y esmero, los fue coleccionando, tenía que pegarlos. Él tenía que hacerlo. Las lágrimas se le escapaban en cada trozo de esa alma descompuesta. Su trabajo era reconstruirla cada vez que se quebrara, no importaba cuánto costara. La fue pegando, despacio. Jorge Oteiza Empezó por los pies, tenía que adheridlos con fuerza a la tierra. Ahora, la anclaría con firmeza, volar la había fragmentado. En suelo firme, la muñeca tendría más capacidad para aguantar cada golpe. Sufrió al desechar esa parte, pero su trabajo era repararla y prepararla para cualquier daño… Su princesa se levantaría. Al llegar a sus piernas, transformó los pedazos y le dio la estabilidad que necesita para caminar, no se podía tambalear… tenía que andar aguantando el equilibrio más extraordinari

Un solo vuelo

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“Abrió las alas, las abatió despacio… sintiendo. Las desplegó abriendo los brazos”. (...) Un universo… ante sus ojos. Discurriendo el tiempo un mundo completo. Un solo vuelo, la desterró de aquello. Sintió la levedad de lo etéreo en un pensamiento lleno de palabras. Sopladas, lanzadas, tiradas y volcadas en un baile  con lágrimas ajustadas. Giró en la ingravidez del peso, Sacudió las alas y marcó su vuelo  en un espacio determinado. Acarició los cuatros elementos, en su mundo encajado, lleno de sueños. Y lo hizo,  para renacer, simplemente, sintiendo. Soraya.

Realidad imperfecta

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Las  hojas crujen, el suelo que piso es silbante, inestable, un sonido que se acrecienta. Allá , allí, aquí aumenta... Con tu sola presencia. Se desdobla toda apariencia. En la tuya, en la mía y no en la nuestra... Ante las miradas expuestas. Peso reflejado, en la luz que proyecta. El sentido no es otro, la traza aumenta, siempre en fachada perfecta. Imagen extraída de Google. Mi mirada atenta. Se desploma, se quiebra tiembla… mantenida en la distancia, la realidad correcta... Y tú no te acercas. Soraya.

"Cor unum et amina una"

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Hacía tanto en frío en el andén. Tuvo que ajustarse el abrigo y se ladeó el sombrero intentando resguardar su rostro del hálito gélido que desprendía la mañana. Los rayos empezaban a mostrarse pero su timidez no permitiría derretir la nieve de la noche. Todo estaba helado. Se estiró de cada guante deshaciendo los pliegues marcados en sus manos y las contempló durante un instante. Al fondo se escucha las voces amontonadas. El trasiego matinal formaba parte de sus pensamientos en susurros lejanos, acompañando al viento glacial que cortaba la respiración esa mañana. Ilustración propia. Matterhorn o Cervino (desde Zermatt) Respiró profundamente desplazando su mirada, deseaba retener los destalles de una estación que marcaría indeleblemente en su memoria. Sus ojos se detuvieron al contemplar tanta belleza, 4.478 metros alzados al cielo. Se desprendió del sombrero dejando desnuda su cara y su piel sintió la caricia del viento. No era la más grandiosa elevación de esta